24.5.17

Mis Cuentos XXIII: Tiritando de frío...


- Señora, señora. Despierte, ¿Puede oírme?


- ¡¡Mi hijo!!...

- Tranquila, está a su lado.


Joder, cómo temblaban todos los cuerpos y cómo agradecían cuando se les cubría con las mantas, la verdad es que los grandes sentimientos: la pena, el odio, el amor, el agradecimiento, el miedo tienen un lenguaje internacional. No me era necesario saber árabe o lo que quiera que sea lo que hablaba aquella chica, no tenía aspecto de tener más de 25 o 26 años, para saber que había gritado buscando a su hijo cuando recuperó la consciencia y que me había entendido, puesto que al "tranquila, está a su lado" había respondido con una mirada de agradecimiento y apretando fuertemente la mano de aquel niño de 7 u 8 años.
El espectáculo alrededor era dantesco, gritos y órdenes por todos lados, cuerpos temblando, chorreando, tosiendo, llorando algunos, gritando todos, la verdad es que Poseidón no había sido especialmente benevolente aquella noche con esta pobre gente. Así de una primera visual, se podían contar, al menos ocho cuerpos sin vida, con caras grotescas y retorcidas, ¡pobres! con lo que habrían sufrido hasta montar en esa maldita barca. No, esos no temblaban, había incluso una niña muy pequeña, casi un bebé. ¿Cómo de desesperados tienen que estar unos padres para subir a una pequeña a semejante cascarón? Si no fuera por la tragedia que me rodeaba el paisaje sería idílico, el mar no podía lucir más bello, negro, pero extremadamente bello.
La verdad es que vaya diferencia con la noche anterior... en aquel bar de copas, conocí a...¿cómo se llamaba aquella chica? ¡Maldición! Maldito alcohol, y malditas copas, seguro que me dieron garrafón, si no a ver por qué no lo recuerdo... ¿Violeta?, puede que fuese Violeta, o en todo caso el nombre de una flor seguro...bueno casi seguro... pero creo que su amiga (cualquiera sabe cómo se llamaba esta otra) creo que la llamaba "Vi" ¿o no?...qué sé yo...¡¡malditos cubatas!! Seguro que me dieron garrafón... Vi, o cómo narices se llame, estaba fascinada con mi aventura de hoy, le pareció "lo más"
Estábamos encantados el uno con el otro...por cierto...¡¡Mierda!! ni le cogí el móvil ni nada...joder que pringaaaao! ¡Con lo que nos habíamos gustado!...Ahora tocará ir otra vez y mendigar por el bar hasta volver a coincidir. Aunque Fer, creo que conocía a la otra chica...sí seguro que Fer sí, él conoce a todo el mundo... esta tarde...

-¡EH! ¡¡TÚ, EL NUEVO!! 
- ¿Yo?
- ¡Tú! Sí. ¿Cómo te llamabas?
- Arturo.
- Pues no sé qué cojones miras al mar, si ya no queda nadie allí, ¿Quieres echar una mano o a qué hostias has venido? ¿TE PARECE QUE YA HEMOS TERMINADO?
- Sí, perdón. Atiendo a aquel chico.
...
- Tranquilo, tranquilo, ya todo pasó, dije mientras le cubría y le daba una taza de caldo caliente.
...y de nuevo en el lenguaje internacional de los grandes sentimientos me dijo claramente:
- Gracias.


Un saludo a tod@s.



La agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.
Federico García Lorca (1898-1936) Poeta y dramaturgo 

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